De la masturbación se ha hablado mucho. Hay muchas religiones que la consideran pecado, durante muchos años se ha creído que era perjudicial, producía las peores enfermedades, en esta concepción de que es algo malo ha tenido que ver mucho la Religión.
No se sabe muy bien desde cuando se ha visto como algo malo, inmoral. Pero no siempre ha sido así, en la antigüedad era una práctica normal. El famoso médico griego Galeno decía que la retención de esperma en el organismo era perniciosa y causaba mala salud. Es más, citaba a un filosofo griego Diógenes (que se masturbaba en público) como ejemplo de los efectos positivos de la masturbación. Ya que según el ninguna de las actividades humanas era tan vergonzosa como para tener que hacerla en privado. Idea que no fue secundada por sus contemporáneos.
Con el cristianismo empezó a verse la masturbación como algo pecaminoso. El obispo Augustine de Hipona (350-430 D.C) sostenía que la masturbación y cualquier otra actividad sexual que no fuera la penetración eran pecados peores que la violación, incesto y adulterio. Así la masturbación fue considerada como uno de los mayores pecados a lo largo de la historia hasta casi nuestros días.nada
Se escribieron cosas como que la masturbación producía todo tipo de enfermedades, ceguera, pérdida de pelo, locura, etc. Se idearon toda clase de tratamientos para esta “enfermedad”. A todo esto contribuyó Samuel August Tissot, un médico que publicó un libro en 1760, que se explicaban las cosas más horripilantes de la masturbación. Este nefasto libro que nunca debió ver la luz se estuvo publicando hasta el siglo XX.
En época victoriana la masturbación se la creía la culpable de muchos problemas. Se patentaron dispositivos curiosos para evitar las erecciones nocturnas. Pero paradójicamente algunos médicos empezaron a combatir la histeria femenina acariciando manualmente el clítoris. Esta práctica dio origen al nacimiento de los vibradores ya que los médicos se cansaban de manipular “tantos” clítoris. La película “Histeria” recrea este episodio.
Sigmund Freud empezó a reconocer los efectos beneficiosos de la masturbación como la liberación del estrés, aunque también podía producir neurastenia. Durante todo el siglo XX los conocimientos médicos fueron aumentando y se empezaron a descartar argumentos de que la masturbación causaba trastornos físicos, actualmente no hay ningún dato que avale la idea de que la masturbación produce dichos trastornos físicos. Y aunque hasta muy avanzado el siglo XX se creyó que producía trastornos mentales también se ha descartado esta hipótesis.
La masturbación en la actualidad
Actualmente se considera la masturbación como una práctica normal, un alto tanto por cierto de hombres y otro tanto de mujeres se masturba. En múltiples tratamientos sexuales se recomienda. Pero numerosas instituciones religiosas lo siguen viendo como hace 15 siglos. No han cambiado sus principios, lo que hace que todavía mucha gente lo vea como algo malo.
Nosotras lo que os queremos decir es que la masturbación ha existido siempre, no es algo malo. Si te apetece masturbarte, mastúrbate. Pero si no te apetece no lo hagas, no es algo obligatorio. Eso si no lo veas como algo vergonzoso o contraproducente.
Muchas veces hay que conocer nuestro propio cuerpo para que nuestras parejas también aprendan a conocernos. ¿Si yo no se me dar placer cómo voy a decir a mi pareja como dármelo? Por eso aunque tengas pareja y te apetezca masturbarte, hazlo. Puede mejorar vuestra relación de pareja. Tiene que ser algo complementario a vuestra experiencia sexual. Podéis hacerlo en solitario o mutuamente.
A veces viendo a nuestra pareja masturbarse comprobamos que es lo que la gusta y dónde debemos “tocar” para hacer que disfrute.
Otro aspecto a tener en cuenta es que la masturbación no es exclusiva de adolescentes, se da en todas las edades y estados civiles. Es erróneo pensar que por tener pareja no debemos masturbarnos. Nuestra pareja puede tener menos apetito sexual que nosotros, ¿Por qué no podemos liberar tensión sexual si nos apetece? El problema estaría si sólo nos satisfacemos sexualmente masturbándonos y no con nuestra pareja. La masturbación no nos quita el deseo sexual, al contrario muchas veces lo potencia. Si hacemos algo que nos gusta no solemos cansarnos de ello.
Es verdad que en la adolescencia se empieza a descubrir la masturbación pero no es sólo algo propio de esta etapa, en la etapa adulta también se hace. Bien por no tener pareja o por lo comentado en el párrafo anterior.
Cada uno puede masturbarse la veces que quiera y como quiera. Descubre la tuya.