Síndrome del nido vacio. Aprender a vivir sin los hijos

Los padres dedican toda su vida a los hijos, desde que nacen. Viven todos en casa, se les cuida, educan, regañan mientras estos crecen. Después de un tiempo se va el primero a estudiar fuera, a vivir con su pareja o solos. Pero van quedando en casa por quien seguir preocupados. Hasta que el último hijo/a se va de casa, es entonces cuando a veces aparece el SÍNDROME DEL NIDO VACIO.síndrome del nido vacio

Los síntomas son muy parecidos a una depresión: Abatimiento, no tener ganas de hacer nada, no saber en qué ocupar el tiempo. Lo sufren en mayor medida las mujeres, ya que por regla general son las que más se han ocupado de los hijos. Pero esto no quiere decir que los hombres no tengan ese sentimiento de tristeza cuando los hijos “abandonan el nido”. De ahi el nombre de síndrome del nido vacio.

Es verdad que no todas las parejas lo viven así. Algunas empiezan a disfrutar más de “su libertad”.Prestan más atención a su pareja lo que hace que su relación mejore. Ya solo tienen que prestarse atención el uno al otro.

En cambio en las que no lo viven así, empiezan a ser conscientes del paso de los años. No encuentran en que invertir el tiempo que les ha dejado el no tener que cuidar a los hijos. Esto hace que se sientan tristes, inútiles. No saben qué les pasa, acuden al médico por que les duele algo, pero emplean expresiones del tipo: “Hay mucho silencio en casa”, “la casa está tan vacía”. Incluso a veces les dicen a los hijos que se encuentran mal, para que estos estén preocupados y así llaman la atención de los hijos.

¿Pero qué se puede hacer si aparece el síndrome del nido vacio?

En primer lugar, ACEPTAR LA SITUACIÓN. Es normal que los hijos se vayan de casa (aunque actualmente se van más tarde) y es aconsejable vivirlo como algo gratificante y positivo. Nuestros hijos han conseguido independizarse. Hay que sentirse orgullosos de que los hijos hayan logrado vivir independientes después del esfuerzo que nos ha costado criarlos y educarlos.síndrome del nido vacio

Todo el tiempo que se ha dedicado a nuestros hijos, se puede emplear en actividades placenteras, cosas que nos gusten hacer. Podemos dedicar más tiempo a nosotros mismos. Retomar aquel hobby que dejamos hace tiempo, ir a sitios que por falta de tiempo no íbamos (teatros, cine, museo, etc.) Y sobre todo podemos recuperar actividades con nuestra pareja. Podemos viajar a esos sitios que antes no podíamos.

La pareja muchas veces queda relegada a segundo plano por los hijos.

Muchas parejas aseguran haber recuperado la complicidad que tenían antes de tener hijos. Ya pueden hacer planes los dos juntos, viajar, salir a cenar o a comer etc.

También es importante aceptar el nuevo papel que tenemos en la vida de nuestros hijos. Ellos se han ido de casa, ya no viven con nosotros. Hay que respetar su independencia y si se ha ido con su pareja. Hay que respetar sus vidas y sus errores. Es muy común que uno de los miembros de la nueva pareja reproche la intromisión de los padres del otro. Tenemos que darles su espacio y no preocuparnos tanto de cómo lo están pasando y si son felices. Hay que tener claro que siempre vamos a ser sus padres. Ya nos pedirán ayuda cuando nos necesiten ya que saben que siempre vamos a ayudarles.nada

La salida de casa de los hijos es una etapa más en nuestra vida.  La tenemos que llevar lo mejor que podamos. Para eso es conveniente tener una vida placentera, con nuestras aficiones, nuestras amistades, nuestro trabajo que hay que cuidar mientras los hijos estén en casa.

Pero si tú crees que puedes estar sufriendo el síndrome del nido vacio no dudes en pedir ayuda a algún experto que te ayudará a superar esta etapa.

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